Aprendiendo

Aprendiendo

martes, 22 de junio de 2010

Escúchame, sólo eso.


Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a aconsejarme, no estás haciendo lo que te pido.

Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a decirme que yo no debería sentirme así, no estás respetando mis sentimientos.

Cuando te pido que me escuches y tú piensas que debes hacer algo para resolver mi problema, estás decepcionando mis esperanzas.

¡Escúchame!

Todo lo que te pido es que me escuches, no que hables ni que te tomes molestias por mí.

Escúchame, sólo eso.

Es fácil aconsejar, pero yo soy capaz; tal vez me encuentre desanimada y con problemas, pero no soy incapaz.

Cuando haces por mí lo que yo misma puedo y tengo necesidad de hacer, no estás haciendo otra cosa que atizar mis miedos y mi inseguridad.

Pero cuando aceptas simplemente que lo que siento me pertenece a mí, por muy irracional que sea, entonces no tengo porqué tratar de hacerte comprender más, y puedo empezar a descubrirte lo que hay dentro de mí.


Anónimo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario